Entrevista 6

Shutter Island es su cuarta película junto a Martin Scorsese, ¿cómo valora la experiencia? Va camino de superar a Robert De Niro.
¿Existe una opción mejor que trabajar con el mejor director de cine en activo? (risas) ¿Qué puedo decir? Me siento afortunado de haber podido rodar con él tantas veces, y espero poder repetirlo en el futuro. Cada proyecto que compartimos me aporta nuevas enseñanzas. Martin es un gran director de actores, particularmente valiente a la hora de ponerse en tus manos. No te lo dice directamente, pero después de la fase de preparación, que siempre es intensa, confía en que tú asumas el timón emocional de la película. Eso te aporta confianza y orgullo. Te hace sentir el actor más privilegiado del mundo.

¿Y cuál es la clave de su trabajo juntos?
Fue una conexión instantánea. Cuando empezamos a trabajar en Gangs of New York (2002), rápidamente nos dimos cuenta de que coincidíamos en el cine que no nos gustaba, y en el tipo de película que no queríamos hacer. Ambos sentíamos un compromiso con la autenticidad, el realismo; un interés por la historia y por la verdadera naturaleza del alma humana. No nos interesaba la artificialidad. Esa fue la clave de nuestra unión.

Y luego fueron llegando más y más proyectos.
Sí, aunque, en realidad, nunca planeamos que nuestra colaboración se extendiera a tantas películas. Se ha dado la circunstancia de que en sus últimos films Martin ha necesitado a un actor de mi edad y yo le he parecido el idóneo. Pero no sé cuál será su próximo proyecto, ni si le interesará que yo participe. ¿Quién sabe? Quizás le da por hacer una película sobre la reina Victoria... y la verdad es que no me veo en el papel (risas).

En Shutter Island usted interpreta a un hombre atrapado entre el deber y la venganza.
Es un personaje fascinante y muy complejo. Debo expresarme con cautela porque no quiero que mis declaraciones puedan estropearle al espectador los increíbles giros de la trama. Puedo decir que la película, igual que el libro homónimo (Ed. RBA) de Dennis Lehane en que se basa, lidia con múltiples perspectivas y una realidad confusa. Interpreto a un agente federal que debe investigar una desaparición ocurrida en una isla que parece Alcatraz. Allí se ha instalado una mezcla de prisión de alta seguridad y hospital psiquiátrico. Mi personaje, Teddy, deberá enfrentar un trauma del pasado, mientras empieza a sospechar que hay una gran conspiración funcionando a su alrededor. La película te mantiene en guardia en todo momento, en un permanente estado de incertidumbre.

¿Cómo definiría el film?
Alguna gente que ha visto el tráiler piensa que la película es únicamente un thriller de suspense con elementos de terror, pero es mucho más que eso. Trata sobre unos personajes sumidos en una época confusa. Está hecha con un espíritu realista. Rodamos los interiores en un verdadero hospital psiquiátrico, situado en Massachussetts.

De hecho, la novela de Lehane, situada entre el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría, presenta una visión más bien trágica de la historia norteamericana.
En mi opinión, toda película responsable debe ser un reflejo de la historia y el presente de una nación o del mundo. En este caso, al ser una película que sucede en los años 50, era esencial mantenerse fiel a esa era. Se retrata el momento en que los tratamientos con lobotomía para enfermos mentales fueron sustituidos por cócteles de pastillas que anulaban la personalidad del paciente. Esa es una cuestión muy vigente. Vivimos en un mundo sobremedicado, donde los productos farmacéuticos parecen la única solución para los problemas psicológicos o psiquiátricos.

FUENTE: www.fotogramas.es